Somos diferentes, ¿y qué?

Vir y yo no éramos las típicas chavalitas con millones de amigos en el cole o el insti. Ni tampoco populares, ni si quiera golfas de barrio. Quedábamos para ver pelis, escuchar música, cantar, inventar coreografías. Hacíamos teatro, nos enfadábamos siempre por culpa de los demás, la gente es muy hija de puta a veces. Cuando nos echamos novio nos veíamos menos, pero nos queríamos lo mismo (¡o más!). Nos empapamos de momentos bizarros, porque en el fondo somos diferentes. No somos el ataque de los clones que compra en Massimo Dutti, ni en Zara (aunque los básicos no están mal). Ni si quiera pensamos igual, Vir es cocherente, yo camino por las nubes.

Cuando un amigo nuestro suelta la típica frase de "Sois todas iguales". Nosotras respondemos: "¡No! Somos diferentes, ¿y qué?"

El culo de Charlotte

Si mi blog está inspirado en el personaje de Charlotte de Lost in translation, ¿por qué no poner una imagen suya? Además, se parece un monton al mío, ¿verdad Jota?

El video es una bizarrada, pero me gusta la versión. No he encontrado el karaoke de Charlotte en Youtube ¬¬

Lluvia

"Hoy, cuando llegué a casa, tuve una sensación muy extraña. Miraba a mi alrededor y no había muebles, ni cuadros, ni fotografías,... había desaparecido todo. Woody, estaba en una esquina del salón. Parecía que él también viese la casa vacía, su lugar favorito es el sofá de Javier. Es un gato travieso este Woody. Volviendo al principio, las paredes eran blancas y no verdes, como pintamos hace un par de años el salón. Me senté en el suelo, cerré los ojos, a mi mente vino la imagen de otro hogar. Era la casa de mis padres, donde viví hasta los veinteséis años. Mi padre leía como si nada existiese alrededor, mi madre reía a carcajadas con mi hermana Lucía. "Lluvia, ¡acércate!"- decía mi madre refiriéndose a mi. Me mantuve quieta, obsevando la escena, también estaba sentada, pero en el salón de casa de mis padres. Lucía era pequeña, debía tener unos doce años, eso suponía que yo tendría unos diecisiete o dieciocho. No recordaba apenas mi adolescencia. Mi feliz adolescencia.
Abrí los ojos, vi el salón tal como lo dejé cuando me fui al trabajo. Woody seguía en la esquina. Javier dormía, había tenido guardia y estaba cansado. Fui a la habitación a verlo. Era como un extraño, me entró una horrible sensación "¿Qué hacía aquel hombre en mi cama?" me pregunté. Era la persona con la que había decidido compartir mi vida. En realidad, era la persona a la que había dado mi vida. En ese instante, me sentí muy vacía, sola, desamparada,... Me di cuenta de que algo había terminado, después de ocho años con Javier, él era un extraño. Yo, un zombi".

Egoísta

Eso es lo que me he vuelto: Una egoísta. Sólo pienso en mi, el resto es igual. ¿Cómo he llegado hasta este punto? Muy sencillo, me he hartado de todos.He pasado la vida pensando en los demás, desde que era niña, que todos los que estaban a mi alrededor fueran felices. Muchas veces a costa de mi felicidad. Pero todo tiene un límite, el mío ha llegado.
Visión de tubo, esa es mi perspectiva. Tiene sus ventajas, ya no tengo que hacer nada por compromiso Jeje.

Dejo una foto que me gusta mucho, estoy comiendo un yogur yo solita, sin compartir ajajajajjaja

Aliviada

Hace un mes aproximadamente, fui a hacer el examen de la que considero la peor asignatura que he tenido en mi vida. La que más he temido. La que cuando hablas a un Trabajador Social sobre ella, le cambia la cara. Bien, salí desanimada del examen y le dije a Jota: "En septiembre la apruebo fijo". Pues no, porque en junio la he aprobado. Y me siento tan aliviada... Y tan fuerte... Sigo siendo la gilipollas que aprueba las difíciles y suspende las fáciles. No os imagináis lo bien que me siento en estos momentos.

I need love

Recuerdo que la primera vez que escuché esta canción debía tener unos diecisiete años. Era primavera y estaba colada por un chico, de quince años. Poco después, en verano, empecé a salir con mi primer novio. Recuerdo que cuando volvió a su ciudad no paraba de escuchar I need love de Sam Philips. Lloraba y lloraba porque se había ido. Cuando nos volvimos a ver nada fue igual. Gracias a dios :D

Después de once años sigo enamorada de I need love, porque tuve la suerte de no asociarla a ningún chico. Ni a Guillermo, ni a Alejandro, ni a ninguno de los que llegaron después. Ni si quiera a Jota. I need love es sólo para mi, para escucharla en tardes calurosas de verano como si siguiera siendo una adolescente alelada. Porque, en el fondo, poco he cambiado desde entonces.